jueves, 29 de octubre de 2009

Centrales nucleares

TORMENTA PERFECTA
Centrales nucleares y opinión pública

Después de casi dos décadas de estancamiento en buena parte del mundo -excluyendo Francia y países asiáticos y del antiguo bloque soviético-, la energía nuclear está hoy en alza como alternativa al empleo de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) para la generación de energía eléctrica y, en la actualidad, hay proyectos de construcción de nuevas centrales nucleares en EE.UU., Reino Unido, Francia, Finlandia, Suiza, Rusia, Japón, China, Corea, Taiwán y un largo etcétera.
A pesar de que la energía nuclear no está exenta de dificultades y retos, sobre todo la gestión de los residuos radiactivos y el mantenimiento de su seguridad, existen una serie de razones determinantes para este cambio de tendencia:
-Estratégicas: Diversificar las fuentes energéticas teniendo en cuenta la inestabilidad de los países productores de gas y petróleo y el posible agotamiento de sus recursos.
-Económicas: Evitar la carestía de los combustibles fósiles y beneficiarse de la mayor estabilidad de los costes de generación nuclear.
-Ecológicas: Evitar el impacto que supone la combustión de combustibles fósiles en el calentamiento global y el cambio climático beneficiándose de la nula emisión de gases de efecto invernadero de la energía nuclear.
-Operativas: Excelente funcionamiento continuado de las 400 centrales en operación.
Sin embargo, los nuevos proyectos serían inviables si estas razones no hubieran venido acompañadas por una notable mejoría de la opinión pública respecto a la energía nuclear en todos estos países, que ahora la apoyan mayoritariamente.
Este cambio de tendencia en la opinión pública se aprecia en todo el mundo. ¿En todo el mundo? Aquí si podemos decir que España es diferente ya que la opinión pública de nuestro país bate récords de oposición a la energía nuclear. Es difícil encontrar razones objetivas para esta excepción española, veamos algunos hechos:
-Las 8 centrales nucleares que operan en España producen en torno al 25 % de la energía eléctrica de nuestro país y funcionan con los mejores niveles mundiales de seguridad y fiabilidad.
-España es un país sin recursos energéticos propios y, por tanto, muy vulnerable a los vaivenes en los precios de los combustibles fósiles y a la baja fiabilidad de las fuentes de suministro de estos combustibles. La energía nuclear, con sus precios estables, y sus fuentes de suministro de combustible más diversas y fiables reduce riesgos y costes.
-Más de un 80% del coste de la producción eléctrica de origen nuclear que se produce en España se queda en nuestro país en empresas de bienes de equipo, ingeniería, construcción o auxiliares. Es decir, casi todo lo que pagamos por la generación de esta energía se traduce en generación de riqueza y empleo en España. Cuando la producción de energía eléctrica se realiza quemando petróleo o gas, prácticamente la totalidad de lo que pagamos por ella tiene como destino bolsillos foráneos.
-España es de los países más alejados del compromiso de Kyoto de reducción de gases de efecto invernadero. La energía nuclear no produce este tipo de gases ni contribuye, por tanto, al calentamiento global.
-Es muy cierto que muchas de las anteriores ventajas de la energía nuclear para España son también comunes a las llamadas energías renovables -eólica, solar- pero este tipo de energía, cuya contribución es también necesaria, tiene una capacidad limitada de cubrir la demanda y un coste muy superior.
¿Por qué España, siendo un país en el que los beneficios de la energía nuclear son más evidentes, está a la cabeza de los que se oponen a este tipo de energía? El aprovisionamiento energético de un país es una cuestión de estado que precisa de un consenso básico entre los grandes partidos e instituciones nacionales. Esto es así en los países que están poniendo en marcha nuevos proyectos nucleares y no lo es en España donde la oposición a la energía nuclear se utiliza, más bien, como argumento electoral. Argumento al que es muy sensible la opinión pública.
Solamente si se produjese este consenso y la opinión pública recibiera información consistente y objetiva sobre las ventajas e inconvenientes de las diferentes alternativas energéticas podría cambiarse la tendencia actual -aunque llevaría tiempo- y la energía nuclear tendría una oportunidad de ampliar, o al menos mantener, su contribución al abastecimiento energético de nuestro país.
En caso contrario todos pagaremos las consecuencias.
José María ZamarrónJOSÉ MARÍA ZAMARRÓN es asesor de desarrollo organizativo e ingeniero especialista en energía nuclear.

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